Quiere volver. No
piensa en otra cosa. Quiere volver su
país, a su pueblo. Volver con su madre, su hermano. Su gente. Desde que fue
exiliada las vecinas no se quitaban a Julia de la boca. Que si Julia había
hecho echo, que si Julia había hecho lo otro…
Todos se habían
enterado de que iba a volver. Normal. El bueno de su hermano había corrido por
todo el pueblo gritándolo. Telegrama en mano llego a su casa. Cuando se lo
conto a su madre tenía lágrimas en los ojos. Por fin una buena noticia. Desde
que habían enterrado a su padre y a su hermana, parecía que los había mirado un
tuerto. Pero ya no más. Porque Julia volvía.
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